El Condado de Niebla es un título nobiliario español originario de la Corona de Castilla, que el rey Enrique II otorgó el 1 de mayo de 1368 a Juan Alonso Pérez de Guzmán y Osorio, IV señor de Sanlúcar, por su fidelidad en la guerra por el trono que aquel había mantenido con su hermano de padre Pedro I, la llamada Primera Guerra Civil Castellana. El condado de Niebla fue el primer condado hereditario que se otorgó a un noble ajeno a la familia real y es el título usado tradicionalmente por los herederos de la casa de Medina Sidonia.
Con el proyecto que se detalla a continuación queremos conmemorar tal efeméride y extenderla tanto a la población autóctona como al resto de España.
La formación y configuración del actual Condado de la provincia de Huelva es el resultado de la unión de una serie de territorios que se desarrollaron históricamente de forma independiente. En la comarca, tenemos, por un lado, el antiguo Condado de Niebla que llegó a absorber en el siglo XVIII a veintiuna localidades. Por otro lado, estaba el Campo de Tejada dependiente de Sevilla y; por último, nos encontramos con dos señoríos independientes, Moguer y La Palma del Condado.
En el caso del Condado de Niebla hay que remitirse a los antecedentes históricos como son los años de dominio musulmán y la reconquista cristiana en 1262, año en que Alfonso X organizó el concejo iliplense y deslindó su término quedando dentro de su jurisdicción las poblaciones de Beas, Rociana del Condado, Trigueros, Bonares, Villarrasa, Lucena del Puerto, Calañas, Paymogo, Portichuelo y Andévalo. Moguer, antigua alquería de Niebla, obtuvo su independencia en 1333 y fue entregada a Alonso Jofre Tenorio como villa de señorío.
El siglo XV, sobre todo en su segunda mitad, supuso en cambio, una etapa de esplendor en la que las casas nobiliarias llevaron a cabo un política de atracción de efectivos humanos a sus jurisdicciones con el fin de explotar las tierras y, de este modo, incrementar las rentas señoriales. En este contexto, tanto los concejos como los señores ofrecieron privilegios y ventajas a las personas que se instalaran en sus términos mediante el otorgamiento de cartas-pueblas. Destacan los privilegios otorgados, por Don Juan de Guzmán, en Villarrasa o Rociana del Condado.
Anteriormente hemos diferenciado las cuatro zonas principales para la configuración del Condado de Huelva. El área más importante fue el término que desde 1369 se denominaría Condado de Niebla, cuando Enrique II Trastámara cedió el término municipal de Niebla y sus aldeas a Juan Alfonso de Guzmán, señor de Sanlúcar de Barrameda, como recompensa por servicios prestados y continuó con la compra de Almonte, con el fin de unir las posesiones gaditanas de esa casa nobiliaria con los onubenses. El proceso de expansión concluyó con la inclusión definitiva del señorío de Huelva en la Casa Ducal de Medina Sidonia en 1468.
En esta zona a partir del siglo XV se llevó a cabo un amplio proyecto de repoblación. Así dicho Condado llegó a extenderse a lo largo de las comarcas de la Campiña, el Andévalo y la Costa, llegando, como dijimos, a estar integrado en siglo XVIII por veintiuna localidades: El Almendro, Almonte, Bollullos, Beas, Aljaraque, Alosno, Calañas, Bonares, Cabezas Rubias, Villarrasa, San Juan del Puerto, Huelva, Niebla, Lucena del Puerto, Rociana del Condado, La Puebla de Guzmán, Paymogo, Villanueva de las Cruces, Santa Bárbara, Valverde del Camino y Trigueros.
La unión de la política matrimonial y el azar motivó que tres siglos más tarde, en 1779, tras la muerte sin sucesor directo de don Pedro de Alcántara Pérez de Guzmán, se unieran las casas de Alba y Guzmán en la persona de don José María Álvarez de Toledo, constituyéndose de esta forma el más extenso señorío de la Península.
Por último, señalar dos señoríos cercanos al antiguo Condado como, el de Moguer y el de La Palma del Condado. Como dijimos al principio, Moguer entró en posesión de Alfonso Jofre Tenorio en 1333 por donación de Alfonso XI, como compensación por el desempeño de sus cargos de adelantado mayor de Castilla y almirante mayor; pero el posterior matrimonio de su hija con Martín Fernández Portocarrero, hizo que el señorío pasase a este último linaje en 1362 en la persona de don Alonso Fernández Portocarrero, permaneciendo en él a lo largo de la Edad Moderna en su condición de Condes de Montijo.
El señorío de La Palma estuvo en el poder del linaje Pérez de Guzmán desde el reinado de Alfonso XI. A comienzos del siglo XIV fue vendido por doña Leonor de Guzmán (Duquesa de Medina Sidonia) a don Diego Colón (hijo del descubridor del Nuevo Mundo) quien, en 1531 lo traspasó a don Francisco de Alcázar. Éste último constituyó un mayorazgo que pervivió hasta el siglo XVIII.
Niebla y su Condado han tenido una relevancia histórica y cultural fundamental para el desarrollo de los municipios que formaron parte de ella. Incluso, antes de ser Condado ya formaban parte de un potente reino de taifa del occidente andalusí. Con todo ello se explica cómo el crecimiento de los pueblos del Condado ha ido siempre de la mano de Niebla y viceversa. Todo ello se refleja en las instituciones creadas, patrimonio cultural, modos de vida, etc. Por todo ello, este año 2018 queremos rendir homenaje a los 650 años de la creación del Condado que marcó una importante etapa histórica para la comarca, desde 1368 hasta la supresión de los señoríos en 1812.
OBJETIVO
- Conmemorar los 650 años de la creación del Condado de Niebla, implicando a la población autóctona y a los municipios que pertenecieron a su territorio, así como a las instituciones implicadas en la promoción y difusión de la historia del Condado de Niebla, para así consolidar el nombre Niebla en el tiempo.